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domingo, 3 de julio de 2011

La Playa (o catársis)

Vuelvo mucho más morena y mi piel aún sabe a sal. Han sido siete días intensos de sol, mar, música cherokee y buffet. Paseos por la playa, con las sandalias en la mano y el vestido volándose con el viento, a las nueve de la noche, atardeciendo... Paseos por la playa, con algo de frío, a las siete de la mañana, baños matutinos, mientras el Sol empieza a ser Sol, con peces y peces dando vueltas en círculos. Soledad en la playa, la playa, la playa,... Muchas fotos de atardeceres, amaneceres y mediodías, pizzas marineras, cruasanes y helados. Me he bañado en una playa sin playeras, pero me he bañado, volado bajo el agua y llenado los ojos de agua salada en una cala, y me he calado. Mi hermana me ha dado un beso y se ha relamido. ¿Ves? Mi piel aún sabe a sal. Tengo la extraña sensación de estar a setecientos kilómetros de la cama en la que me he levantado, pero yo se que no estoy tan lejos, porque esta noche, ya en la ajetreada Madrid, al quitarme el vestido ha caído un poco de arena al suelo...

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