martes, 21 de junio de 2011
De cómo una mente positiva se nutre de felicidad enriquecida...
De dimensiones, de cachimbas, de esquizofrenia y de actores de doblaje. De noches de verano improvisadas, de "quedamos en la P, M.-Vale, B", de vacaciones en autobús y de espacios vitales que nos gusta que sean invadidos. Cadenas de mails con un físico, cenas de madrugada, afinidades y charlas intelectualmente inteligentes. Sigo adorando el verano (al fin legalmente, desde las 7:15 de hoy, o de ayer, técnicamente) y sin encontrar la diferencia entre el Nestea y el té helado con limón de El Califa...
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